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SALIR DE LA ZONA DE CONFORT. RECOMENDABLE O NO TANTO...

Foto del escritor: El Garaje NaranjaEl Garaje Naranja

Actualizado: 26 nov 2022

José Garrido Cortés.



Indicé de contenido.


1. ¿Cómo me ha surgido hablarte sobre este tema?

2. ¿Salir de la zona de confort?

3. Conclusiones y una invitación a la reflexión.


1. ¿Cómo me ha surgido hablarte sobre este tema?


Hace algún tiempo, tuve la suerte de coincidir con diversos compañeros de las delegaciones de Granada, Almería Málaga, que junto a Jaén conformamos el área regional de Andalucía Oriental, (ANDOR). La idea era compartir conocimientos y experiencias, de naturaleza sobre todo “práctica" frente a Emergencias, y salir así de la rutina de lo hecho hasta ahora, dando otro paso hacia la implantación más eficiente, de nuestros propios Planes de Emergencia…


Fue genial ver como administrativos / as y técnicos /as, pese a su gran carga habitual de trabajo vinieron con su mejor versión, e hicieron fácil a los formadores la tarea de compartir con ellos, materias de primeros auxilios y defensa contra incendios. Todas ellas en situaciones reales, que pueden darse en nuestras oficinas y centros de trabajo.


Tengo que decir, que pese al viaje que tuvieron que hacer y quizás la sensación inicial de alguno / a de ellos de venir "sin convencimiento" a un curso de formación, (otro más de los que nos "obligan"), se comportaron todos como “leones /as” e hicieron que la jornada fuese además de provechosa, también un bonito día de convivencia entre compañeros/as.


Después de uno o dos días, me vino el pensamiento sobre lo valorable de quienes acuden y participan y de quienes promueven y permiten que ocurran las cosas, incluso las novedosas o aquellas que se salen del "guion". Personas de esas, con las que siempre contamos y que siempre responden, pese a tener a veces el depósito de su energía a nivel, modo "reserva" y casi consumido. Personas que salen continuamente, de su zona de confort...


2. ¿Salir de la zona de confort?


Me llamó la atención una publicación de “OXFAN INTERMÓN” en cuanto a los beneficios de salir de tu zona de confort.


Arriesga, crece, pierde, gana, prueba, aprende, haz, ¡atrévete a vivir! Descubrirás un mundo maravilloso esperándote. Descubrirás a una persona valiente, capaz, creativa, divertida, vital, fuerte… ¡tú!


¿Cómo salir de la zona de confort?


Nadie dijo que salir de tu zona de confort fuera una tarea fácil, pero el esfuerzo merecerá la pena. Al principio será duro. Es posible que sientas miedo, que te estreses o que tengas ansiedad...


Existen varias cosas que puedes hacer y que te ayudarán a salir de la zona de confort. Esas son algunas de ellas:


Meditación. Es una práctica milenaria que cada vez adoptan más personas. Su éxito radica en lo sencillo que es llevarla a cabo y lo rápido que se obtienen beneficios. Si nunca has meditado, no pretendas dejar la mente en blanco. Ten más benevolencia contigo. Para comenzar, es suficiente con que consigas relajarte con los ojos cerrados en un ambiente tranquilo y agradable para ti durante unos 10 minutos al día. Poco a poco, podrás ir aumentando el tiempo y las veces que lo hagas diariamente.


Mindfulness. Se ha popularizado rápidamente. Se trata de una técnica budista que consiste en practicar la conciencia plena, el aquí y ahora. Puedes empezar por centrarte en una actividad física durante unos minutos, siendo consciente de tu respiración, sin pensar en nada que no sea lo que estás haciendo.


Ponte retos. Tienen que ser retos que puedas cumplir y que te estimulen. Por ejemplo, aprender a montar en bici, apuntarte a clases de francés o salir una vez al mes a la montaña.

Conoce gente nueva. Puede ser en un curso de cocina, realizando voluntariado, en un bar, en una excursión organizada, en las redes sociales o, simplemente, redescubriendo a tus colegas de trabajo proponiendo ir a tomar algo al salir.


Organiza reuniones o actividades. Una comida en tu casa con la familia, una salida al teatro con amigos y amigas, o un día en un paintball.


Anticípate a tus excusas. Cuando se te ocurra algo nuevo para hacer, piensa en todas las excusas que te pondrás y rebátelas. ¡Es muy estimulante!



En fin esta versión que acabas de leer, quizás sea la políticamente más correcta…


No obstante también puede ser enriquecedor conocer otro punto de vista. Como ejemplo, me ha llamado la atención la siguiente argumentada por José Manuel Ruiz a través de revista GQ.


Llevan toda nuestra vida, sobre todo tras de la aparición de los “coaches”, incitándonos a que abandonemos nuestra zona de confort. Estos entrenadores personales se esfuerzan en hacernos creer (y, en parte, lo han conseguido) que nosotros somos dioses de nuestra propia vida y que, si algo no nos sale bien, es únicamente nuestra culpa.


Las oportunidades llaman a la puerta de los que las buscan. La vida te pone obstáculos, pero los límites te los pones tú. No importa dónde estés, sino a dónde quieres llegar. ¡Atrévete a soñar, enfréntate a tus miedos! El que quiere hacer algo encuentra la manera, el que no, encuentra una excusa. El éxito no está en vencer, sino en no desanimarse nunca. Que tus sueños sean más grandes que tus miedos. ¡Sal de tu zona de confort!

Estas y otras arengas se han decantado hasta dar forma en nuestro tiempo a una ideología omnipresente. Tanto es así que puede que incluso algún sofisticado charlatán, con micrófono de diadema y un pulsador en la mano, haya ido ya a tu empresa a darte una “charla inspiradora”. Son tiempos de entrenadores laborales, pastores de tu marca personal. Facilitadores de relaciones humanas. Paulo Coelhos portátiles, Simeones pequeñitos posados sobre tu hombro y susurrándote al oído que puedes llegar donde quieras. Si se cree y se trabaja, se puede. Y si no pudiste, es porque no trabajaste lo suficiente.


Culpable de no abandonar la rutina. Culpable de no salir de ese templado hábitat donde te sientes a gusto: la llamada zona de confort, ese conjunto de hábitos, situaciones y comportamientos que te hacen sentir seguro, sin riesgos pero también sin incentivos, y que inevitablemente, nos explican, conducen a la apatía, la depresión o la baja productividad.


Las vidas convencionales giran alrededor de la estabilidad, ya sea familiar o residencial. Sí, puede que no suene muy emocionante la perspectiva de dormir al lado de la misma persona durante tres o cuatro décadas. Ni siquiera que tus hijos lo sean durante el resto de tu vida. Hacer surf en Waikiki suena más excitante que criarlos. Pero no hay mil vidas distintas que encarnar en nuestra travesía por el tiempo. No...


Por supuesto, la nociva propaganda sobre el abandono de la zona de confort ha encontrado su terreno más propicio en el ámbito laboral. ¿Dónde está el límite? Se supone que uno puede mudarse cada dos años, incluso de país, arrastrando a cónyuge e hijos, como si uno fuera un feriante o viviera en un carromato de circo ¿Qué hay de los colegios de los críos? ¿Y del trabajo de tu pareja?


Si no eres Rafa Nadal es porque no te atreviste a intentarlo. No eres Steve Jobs liderando una revolución tecnológica porque no te fuiste a un hangar de Silicon Valley. ¿Eres médico? Prueba con una carrera de antenista. ¿Cómodo en tu taller de carpintería? Ponte las pilas y hazte asesor de Bolsa. Rápido. Súbete a esta montaña rusa de emociones laborales fuertes. Siglos de división social del trabajo no tienen por qué afectarte a ti.


3. Conclusiones y una invitación a la reflexión.


Creo que como mínimo, es necesario dar un "reconocimiento" a las personas que quieren y están convencidas de lo positivo de "SALIR Y PARTICIPAR", saliendo de su área de comodidad, aportando a quienes les rodean y liderando actividades, cambios y estrategias positivas, que aportan valor incluso a quienes quedan en la retaguardia. Hacen falta tanto quienes organizan las fiestas como aquellos/as que ayudan en su preparación y también quienes aún sin muchas ganas al principio, acuden y participan cuando son invitadas…Son necesarias todas estas personas, que aún con distinto "papel", de manera generosa entienden necesario, no quedarse en su zona de confort por el bien común.


También estoy convencido, que no salir de la zona de confort puede traer consecuencias muy negativas. No crearnos nuestras fuentes de motivación, ni objetivos que nos ilusionen, nos puede traer un sentimiento de no avanzar en esta vida y que nos quedamos estancados emocionalmente sin progresar. Si ello ocurre y no hacemos nada al respecto, con el tiempo sentirnos en un "programa en bucle" repitiendo rutinas, nos provocará probablemente, una sensación de eso que llaman "infelicidad".


De cualquier modo, me aburre atender únicamente a la versión más popular, que a veces no es más que de "postureo" y deja de lado la cruda realidad. Aquella que también existe y donde se lucha simplemente por lograr "sobrevivir", por poder "continuar tirando" afrontando miedos e incertidumbres. Esa donde la lucha diaria, se libra para tener algo de "estabilidad" donde la recompensa, es disfrutar de rutinas seguras y evitar angustias tales, como si pierdes tu trabajo, no consigues hacer frente a la hipoteca, o si aparece alguna enfermedad que amenace a alguien de los tuyos y no puedas hacer demasiado.


Creo que debemos tener cuidado con juzgar a los demás, sin tener toda la información y sin habernos calzado sus zapatos. A veces tenemos en frente personas que pueden parecer no ambiciosos/as, no proactivos/as o no implicados /as, y viceversa, a veces también podemos no detectar perfiles que buscan sobresalir a toda costa y ser el centro de la atención, pero en lugar de desarrollar sus capacidades para de verdad aportar valor, se construyen una personalidad ficticia. En ambos casos, puede ocurrir que al conocer las circunstancias, nos llevemos una cura de humildad.


Concluyendo, me inclino a ver como positiva la cultura del esfuerzo y tomar como ejemplo, a quien afronta los necesarios y a veces valientes cambios, a quien no siente temor a probar y equivocarse, a superarse y a liderar aquello en lo que destaque. Siempre sin perder de vista el respeto por quien piense, sienta distinto o simplemente posea otras capacidades.


No todas las personas tienen que ser “Rafa Nadal” o “Penelope Cruz”…No todo el mundo tiene que compartir la misma escala de valores, ni tener los mismos propósitos en la vida...


¿Tú qué opinas?


Relacionado con este tema, me gusta mucho y te recomiendo la publicación "Somos lo que nos marca” de Pedro Sáez, donde hace una reflexión acerca de los caminos o decisiones y como influyen en la vida. Puedes disfrutar de ella en el siguiente enlace:



También me hace ilusión compartir contigo un simpático video grabado durante la jornada que me ha inspirado, a compartir contigo estas líneas:




Espero que disfrutes...Y por cierto, nos seguimos encontrando aquí, en el “Garaje Naranja”


Fuentes:

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