"Liderazgo en tiempos difíciles: Aprendiendo a enfrentar la incertidumbre"

Pedro Sáez de Tejada Hitos. 27.01.2023.

Ahora que ha pasado un tiempo y pienso de manera más sosegada, quería compartir cómo afectó la crisis sanitaria causada por la pandemia de COVID-19, al mundo y a mi empresa. Me parecía un buen ejemplo de Liderazgo en situaciones de crisis y qué lecciones aprendidas me deja en lo personal, ya que lo recuerdo como un momento crítico, para mí.

Los líderes de aquel momento tuvieron que tomar decisiones difíciles y duras medidas, para proteger a sus ciudadanos, empleados, cuentas de resultados, economías y, sobre todo, detener la propagación del virus.

El liderazgo era esencial para la gestión eficaz de la crisis sanitaria y la salvaguarda de los negocios y las personas. Siempre recuerdo la cara de miedo que teníamos todos, en aquellos días y como parecía un sueño todo lo que nos estaba pasando. Como una escena de Walking Dead, de calles vacías y sonidos de naturaleza muerta, con una incertidumbre continua y un sinfín de actividades en remoto, culminadas con aplausos, como si esperásemos el final de una función, donde nunca compramos la entrada.

Un liderazgo necesita de la comunicación efectiva con la población. Los líderes debían ser transparentes y proporcionar información precisa y actualizada sobre la pandemia, el rumbo de sus negocios, y tranquilizar a las personas, alentar a la cooperación y el cumplimiento de las medidas de seguridad.

De lo vivido, recuerdo estar desorientado y confuso con las noticias y también recuerdo lo que más me tranquilizaba, reunirme con mis compañeros media hora todos los días, ir contándonos como estaban nuestras familias, como se encontraba la empresa y los clientes y como íbamos solucionando entre todos, los inconvenientes diarios.

Aprendí de ellos a escuchar activamente. Saber cómo escuchar a los demás, es importante, prestar atención a lo que dicen, no solo para entender sus puntos de vista, sino también para ayudarles a sentirse valorados y escuchados.

A pesar de nuestros miedos, debíamos ser un ejemplo. Un buen líder es alguien a quien los demás admiran y quieren seguir. Ser un ejemplo para los demás en términos de trabajo duro, ética y profesionalismo. No pidas cosas, que tú no estas dispuesto a hacer.

Los lideres deben desarrollar su capacidad de resolver problemas. Son responsables de tomar decisiones importantes para ello. Desarrollar su capacidad para analizar situaciones y encontrar soluciones efectivas. Aprender a delegar. A menudo, los líderes tratan de hacerlo todo ellos mismos, pero esto puede ser contraproducente. Aprende a delegar tareas y responsabilidades a otros, lo que les ayudará a desarrollar sus propias habilidades de liderazgo. Sé flexible. Los líderes eficaces son capaces de adaptarse rápidamente a los cambios y a las incertidumbres y estar dispuestos a cambiar de opinión cuando sea necesario. Trabajar siempre en equipo. El liderazgo no es una actividad solitaria. Es vital desarrollar habilidades para trabajar en equipo y colaborar con otros para lograr metas comunes. Adquiere conocimientos. Un buen líder siempre está buscando aprender y adquirir nuevos conocimientos. Es necesario estar al día con las últimas tendencias y desarrollos en su campo de trabajo. Obtén feedback. Recibe retroalimentación sobre tu desempeño como líder. Buscar este de tus colegas, subordinados y superiores para saber en qué áreas puede mejorar. Rodéate de personas positivas. El liderazgo es un trabajo duro y puede ser estresante. Rodearse de personas positivas y colaboradoras, que te ayuden a mantener una perspectiva saludable y te inspiren a seguir adelante. Acepta tus debilidades. Todos tenemos debilidades y es importante ser conscientes de ellas y aceptarlas. Trabajar en tus debilidades te ayudará a ser un líder más completo y equilibrado. Practica la empatía. Ponte en los zapatos de los demás y comprender sus puntos de vista y necesidades. La empatía es esencial para construir relaciones fuertes y crear un ambiente de trabajo positivo. No tengas miedo de cometer errores. A menudo, aprendemos más de nuestros errores que de nuestros éxitos. Aceptar que cometeremos errores y aprender de ellos es esencial para el crecimiento personal y el desarrollo de habilidades de liderazgo.

Aprovecho este post, para darle las gracias a mis compañeros, mi familia y mis responsables, por acompañarme en uno de los momentos más duros de mi carrera profesional.