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El Estudio de Seguridad y Salud. Documento útil o simple burocracia

  • Foto del escritor: El Garaje Naranja
    El Garaje Naranja
  • 7 oct 2022
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 8 ene 2023



Como arquitecto técnico y prevencionista, llevo muchos años redactando y también revisando proyectos de seguridad como los Estudios de Seguridad y Salud de cara al proyecto y los Planes de Seguridad y Salud enfocados a la materialización de las medidas de seguridad en fase de ejecución de obra.

El artículo 4 del R.D. 1627/97 establece que el promotor de la obra será el responsable de hacer que se elabore el correspondiente estudio de seguridad y salud o el estudio básico de seguridad y salud, según proceda, como parte indivisible del proyecto de ejecución.

Recordar que aunque la obligación de incorporar al proyecto de ejecución un estudio o un estudio básico de seguridad y salud, según los casos, estaba prevista en el texto original del R.D. 1627/97, su incumplimiento no se consideró sancionable hasta la aprobación de la Ley 54/2003, de 12 de diciembre, de reforma del marco normativo de la prevención de riesgos laborales. Por tanto, es de consideración este tratamiento sancionable ya que en mis comienzos redactaba estos proyectos de forma genérica, hasta que un día, un inspector de trabajo realizó una inspección de obra y preguntó por el Estudio de Seguridad y Salud. Cual fue mi sorpresa, que posteriormente me llegó una notificación de sanción económica por considerar que dicho Estudio no estaba adecuadamente redactado y no refleja correctamente la realidad del proyecto.

A partir de ahí, me di cuenta de la importancia de realizar estos estudios lo más realista posible, siendo más proactivo en el análisis previo durante la fase de proyecto (Estudio) como en la fase de ejecución (Plan), comunicando y analizando codo con codo con las partes intervinientes del proceso constructivo.

Para la redacción de dichos estudios, existen en el mercado una variedad de software informático que nos ayudan y facilitan, en gran medida, la labor de redacción. Aunque este tipo de software pueda ser más o menos preciso, ofreciendo opciones y formas preprogramadas para el análisis y estructuración del estudio, lo cierto es que carece de la personalización que en muchas ocasiones hay que introducir para adaptarlo a la auténtica realidad.

Es cierto que el Estudio de Seguridad y Salud es precisamente eso, un “estudio” y por tanto basado en criterios teóricos. Por eso, cuando recibo el encargo de redacción por parte del promotor (parte obligada a contratar) o del propio arquitecto (necesita el estudio para el visado del proyecto ejecución), la información facilitada para la redacción suele ser escasa, limitándose a proyecto básico con apenas una memoria simple, un estudio económico (no desglosado) con el PEM, y algunos planos de planta y distribución. De entrada, arrancamos con una importante falta de información que hace que los Estudios de Seguridad y Salud suelan ser genéricos y preconcebidos, que poco o nada tiene que ver con la realidad. Si a esto sumamos que los Planes de Seguridad y Salud redactados por la contrata principal están basados, precisamente, en el Estudio de Seguridad y Salud “genérico”, tenemos la combinación perfecta para que ambos documentos resulten del todo imprecisos e ineficaces.

Incluso de cara a la administración competente (Inspección de Trabajo), esta aptitud podría ser incluso, sancionable ya que supone una omisión de criterios y procedimientos en materia de seguridad que, en caso de un accidente grave podría tener consecuencias por no estar debidamente contemplado.

Llegados a este punto, ¿qué podemos hacer?

1- Además de recopilar el proyecto básico, es conveniente visitar la ubicación de la obra para conocer mejor el entorno y las circunstancias que puedan condicionar los futuros trabajos.

2- Utilizar un software adecuado para redactar la base del estudio, pero no dejarlo ahí. Es necesario editar capitulo por capitulo y ajustar a los criterios intrínsecos de lo que, en teoría, será la ejecución del proyecto. Esto será más efectivo cuanta más información podamos recopilar.

3- Cooperar codo con codo con el autor del proyecto e intercambiar criterios y opiniones. En general, esto apenas se hace, pero es importante para evitar generalidades y la dependencia absoluta de un único criterio.

4- Una vez terminado el Estudio y visado por el colegio oficial, no guardarlo en un cajón. El Estudio de Seguridad debe ser un documento vivo y adaptativo a los cambios continuos que posteriormente se plantearán en obra como consecuencia de los modificados de proyecto que también son una constante.


Conclusión.

El Estudio de Seguridad y Salud, en realidad, es el documento más importante de donde arranca toda la seguridad de una obra por lo que no se puede menospreciar. Interpretarlo como simple burocracia para el visado de proyecto y posterior redacción del los Planes de Seguridad y Salud por parte de la contrata, es un error.

Para que la seguridad en obra sea eficaz es importante que, desde origen, se establezcan las pautas y criterios más precisos como resultado de un Estudio redactado lo más realista y cercano a la realidad.

Con ello, la calidad del proyecto y sobre todo, de la obra en ejecución, estarán garantizadas.

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